miércoles, 30 de enero de 2008

Hoy: Un CuEnto Que LLego A mi correo.

Seguimos creyendo que somos la mamá de Tarzán, y el ombligo de Buda

-Oscar Arias, presidente de Costa Rica, durante la inauguración de una cooperativa

 

-¿podrías hacerme el favor de ir al mercado ,comprar un manojo de canela y una bolsita de clavos de olor? –grita su mujer desde la sala.

¿Cómo? –preguntó este desde el sofá.

-Son para tu papá,  todavía tiene dolor de cabeza…

 -Para eso mejor voy  donde don Fernando y traigo unos analgésicos… que bien le vendrán… -sugirió.

 - Necio!!… (mientras se acerca desde la cocina)- Sólo necesita relajarse y descansar No es gran cosa. Y, además te traes dos manojos de hierbas de Tilo.

 -¡Ah mujer! ¡Te digo que es mejor unos analgésicos! 

 -Ya se los di!-. Sólo necesita relajarse….

 

-¿Y  Hortensia?

-Hoy es domingo, tiene libre… ¿Qué pasa contigo?... ¿Te molesta  si te ven comprándole a los indios?

 -Ehhh…

-¡Bah! ¡Tonto! Deja ahí...  Yo voy. 

Se encaminó al portón, mientras él desde la sala la veía irse con pasos apresurados.

Masculló:

-No sea se ponga peor mi suegro por la presunción del hijo de ser de linaje....

El no alcanzó oír el comentario, se levantó del sofá y decidió darse un baño antes de misa. 

 Su esposo le hacía recordar, los antecedentes de su estirpe española, simbolizados en un maltrecho, descolorido y olvidado escudo de armas que yace empotrado en una de las paredes del patio interior de la casona: !el patrimonio y orgullo de la familia Suárez!.

 El no sabía el verdadero origen de tal herencia... Su tatarabuelo había conseguido, en el albor de la colonia española, este escudo familiar en pago de una apuesta ganada a un “oidor” peninsular en un juego de cartas. Muy probablemente perteneció al acervo familiar de alguna olvidada o desaparecida familia castellana -o quizá extremeña- del tiempo. Aún más, quizá haya sido la invención de la mente del oidor, que venía de perlas, para el trance por ese pago en plata y con él, adornar el honor nobiliario inexistente de la familia Suárez.

Razón esa que justificaba el rimbombante noble origen de la familia. Todos ellos se sentían tan europeos como el que más.

Por su parte, El nunca conoció más tratos con indios, o mestizos, que los necesarios. No sabía de más mezclas sino las que Hortensia, mestiza de Nicoya, hacía en la cocina; o, más recientemente, de los menjurjes que su mujer hacía y que había aprendido de la cocinera mitad india, mitad blanca.

Nuestro noble el antes mencionado, no es mas que quien le sirve..................Fin.

Autor: Nelson Chinchilla

"Cuento, relato, historia, leyenda todos tienen algo cierto en mente de quien lo interpreta."

 por el momento mi comentario ese...mis criticas son dirigidas al autor ( Nelson), el cuento pues...evaluenlo y me dicen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola editor
la verdad nose si me gusta pero como pienso que tiene una idea general con buen proposito de hacernos humilde.
yo creo que el cuento debe ir mas lineal el hombre y la esposa debieron discutir entre ellos el tema del linaje en ves de hacerlo el narrador porque lo del principio queda como excluido al final. y el papa que paso con el? o para que el?
asumo que el autor es de Honduras alguien joven que debe seguir, escribiendo para mejorar que revise el cuento y lo estructure de nuevo a ver si nos gusta, talvez despues lo mande de nuevo y vemos su progreso.

Editor, Isis dijo...

Mary buena observacion, seguro nuestro escritor, recibira tu comentario y el propio. yo me encargare de pedirle nos mande sus correcciones para que veamos su progreso. gracias.

Anónimo dijo...

Gracias por las notas. La poesía es muy especial para solo tomar un rato para leer. Tiene alma.

Pues han cambiado muchos escenarios. Tengo en proceso de publicación tres cuentos brevísmos míos. Aquel... "Sobrvaloración" se llama ahora "La nobleza de naipe" y ha cambiado un poco en su estructura. Desde entonces he escrito otros más, una fábula y el intento (aún no está terminado) de un cuento en verso rimado, de la forma antigua.

La secretaría de cultura está por publicar un libro con cuentistas inéditos y claro, ahí estaré yo. Esto sucedió asi pues en un evento cualquiera leí un cuento breve (para niños) y el encargado de la oficina estaba presente. Al terminar el acto, y a la puerta de salida me saludó y me dijo "Oye, no sabía que escrbías", noté su expresión de satisfacción por lo que leí y me invitó a enviar cuentos "los que querrás" como dijo. Pero escogí tres de los muchos que he guardado. Y sé que están siendo analizados para incluirlos en la selección.